Ya son historia…

¡HOLA, HOLA! Mis estimados lectores aquí y allende fronteras. En la Honduras de allá y de acá. Nuevamente con ustedes, gracias a Dios.

Desde 1536 se le conocía al pequeño poblado a las orillas de la cuenca del río Choluteca (hoy en día el mal llamado centro histórico) por el peculiar nombre de Taguzgalpa o Cerro de Plata.

Con la llegada de los españoles a la región en busca de minerales, se reconoce el 29 de septiembre de 1578 como el día que marca su fundación colonial bajo el nombre de Real de Minas de San Miguel de Tegucigalpa.

Tres siglos después, el 30 de octubre de 1880, se convierte en la capital del país, durante la presidencia de Marco Aurelio Soto.

AQUELLOS CAFETINES

Mucho tiempo después, como parte del proceso evolutivo del comercio, aparecen las cafeterías o cafetines, entre otros negocios.

Ahí, entre sorbos de aromático café y con algunas medidas de bioseguridad, las tertulias bullen todos los días en los pocos cafetines que quedan en el centro. Como en los pasillos del Midence Soto y los de a pie, que les llaman.

Ahí arreglan el mundo y hasta le quitan el honor a cualquiera. Recuerdan aquellos tiempos en que la capital era más pequeña, más segura y la gente más comunicativa acudiendo a las cafeterías que quedaban en el centro. Y que ya son historia.

Hace algunos años por aquí me encontré a don José Ángel Gómez (“Changel”) el dueño de aquella recordada “Cafetería Mexicana” instalada frente al antiguo Palacio de los Ministerios, hoy MIN.

Ya le conocía porque vivió en mi recordado barrio El Bosque. Con muchos años de más, me contó que la compró en 1975 y fue la primera que abrió las 24 horas. La violencia y los asaltos no eran los temas de las noches en ese entonces.

La clausuró en 1984. “Ahora a las 9 de la noche ya las están cerrando”, me dijo en aquella oportunidad con nostalgia don “Changel”, como le llamaban. Ya murió.

Ahí solían llegar personajes de la talla del exlíder nacionalista don Ricardo Zúñiga Agustinus y altos jefes militares, en esa época en el poder.

MÁS NOSTALGIA

En las tertulias no se olvida el mítico “Jardín de Italia” desde donde colegas de radio – como José Domingo Flores (QEPD)- transmitían en “vivo” (¡!) vía teléfono, las noticias.

Mientras saboreaban su cafecito en amena plática con consagrados del periodismo como José Ochoa y Martínez, Toño Mazariegos, Donaldo Romero, Jonathan Rousell (ya desaparecidos) junto a don Mario Hernán Ramírez, Milton Mateo, Adán Elvir (nuestro director), entre otros.

Cerquita de este lugar quedaba “El Salón Verde” con sus asiduos parroquianos. Entre ellos los entrenadores Carlos Padilla, Mario Griffin, el dirigente Marco Antonio Herrera (“el ronco”) del Atlético Indio, junto al periodista Marco Tulio Garay.

Llegaban a jugar cartas por las tardes. También ya son historia. Desaparecidos, tanto el local como estos personajes.

En el correr del tiempo, se evocan, la recordada “Gran Vía” en la zona peatonal que después pasó a ser “Los Arcos” frente al almacén México Lindo. El “Gran Torino”, frente a Quinchon León.

“El Brik Brak” ¿se acuerdan? Se mantuvo durante mucho tiempo laborando las 24 horas en la zona peatonal. Famoso por sus sándwiches y hamburguesas. En las madrugadas era también visitado por los dolientes que guardaban vela a algún amigo o familiar en las funerarias cercanas. Llegando a tomar café o desayunar.

Como se refirió, no existía en aquel tiempo la zozobra o miedo que se fuera víctima de asaltos y asesinatos. Poco a nada de policías se miraban rondando.

Hoy, los pocos que quedan en los también escasos centros comerciales del centro, cierran temprano por lo peligroso de la zona a altas horas de la noche.

EN COMAYAGÜELA

En la vecina Comayagüela allá por años sesenta, existió un sitio que se volvió el preferido de los estudiantes de los colegios de secundaria que quedaban en el sector. Cafetería Lux.

Uno de ellos, el anexo del Instituto Central en donde estudiamos. Íbamos con los compañeros y “ajustando”, con un chapsuey ¡comíamos hasta cinco!

Sus propietarios de apellido Pon, atendían personalmente a sus clientes con mucha cortesía. Sus descendientes, todos profesionales, se sienten satisfechos cuando se les recuerda el fruto de sus padres que quedó en la historia. Como la contamos ahora.

Los bares no faltan en esas tertulias. Como el “Grill Panamericano” que quedaba en la Calle Real de Comayagüela. Con el tiempo el lugar pasó a ser otro negocio: La lotería de cartón”. Entretenimiento que solía tener la gente de aquel entonces.

Luego, esta clase de negocios proliferaron también en el centro capitalino. Con el mismo nombre existió uno en el Barrio Abajo, cercano donde también estuvo el almacén de Yude Canahuati.

Y por hoy hasta aquí. Hemos dejado otra HUELLA imborrable en el pedregoso camino de un ya lago trajinar…

QUE DIOS NOS CUIDE A TODOS.

(Comentarios a mi correo: [email protected] Y EN MI MURO EN FB. Carlos Arturo Matute)

¿DE DÓNDE VIENE EL NOMBRE DE BRIK BRAK?
A muchos de nuestros amables lectores les suena este nombre. Así se llamó una famosa cafetería que funcionó en el centro capitalino a inmediaciones del parque Central en el comienzo de la hoy zona peatonal.

Fue muy concurrida en los años 80 clausurando posiblemente sus puertas a mediados de los 90. No cerraba. Atendía las 24 horas, secundando en este estilo de servicio a la pionera Cafetería Mexicana que se ubicó frente al antiguo Palacio de los Ministerios, hoy MIN.

Aunque el nombre no es exacto, posiblemente se derive de un grupo chileno de pop rock fundado en 1966 llamado BRIC-A-BRAC y que tuvo una significativa popularidad en esa década.

Proyecto liderado por Luis chino Urquidi fundador de los exitosos “Cuatro Cuartos” nombre clave del neofolclor chileno.

Esto sí que no les suena. Porque los aires musicales de este grupo no llegaron por estos lares.

Lo anterior fue producto de una investigación que hice años anteriores con respecto a este tema. Hasta hoy es una nebulosa el porqué lo de Brik Brak.

Aunque no es tan importante de resolver como primera necesidad, de tantas que tenemos los hondureños por esta pandemia, por ahí saldrá alguien que dé su versión.