Un realismo político: los liderazgos conquistados

ZV/5 de July de 2024/12:05 a.m.

Por: Oscar Armando Valladares

En el marco de acontecimientos y hechos históricos, ha habido liderazgos políticos -no exentos de carismática teatralidad-, cuyo influjo y transcendencia van más allá de lo ordinario, aun cuando no hayan gozado de unánime simpatía y recibido más bien la protesta airada de individualidades resentidas o el rechazo de sectores afectados.

Lincoln en Estadios Unidos, Bolívar en América del Sur, Morazán en Centro América, Lenin en Rusia, Mandela y Lumumba en África, Fidel en Cuba, Policarpo Bonilla y Manuel Zelaya en Honduras, constituyen una muestra a la ligera del prolífico realismo que se ha dado, da y dará en el primer y tercer mundo.

Una hojeada hacia atrás, sirve para ejemplificar algunos liderazgos conquistados. Leñador, autodidacto, abogado, presidente, Abraham Lincoln promovió la abolición de la esclavitud, propuso el principio democrático “del gobierno del pueblo, por el pueblo para el pueblo” y se opuso a la guerra contra México. Los adversarios que se ganó, precipitaron su caída. La noche del 14 de abril de 1865 murió por la mano armada de John Wilkes Booth. Simón Bolívar y Francisco Morazán, condujeron la lucha independentista latinoamericana, viéndose compelidos a resistir injerencias poderosas opuestas a todo cambio social. Al final el libertador venezolano -pobre y tuberculoso- confesó haber “arado en el mar” y nuestro héroe unionista expiró fusilado en Costa Rica el 15 de septiembre de 1842.

En Europa oriental y Asia, Vladimil Ilich -Lenin- abrazó la acción revolucionaria rusa, con su recia voluntad fincada en los principios de Carlos Marx y Federico Engels -además de los suyos-, con los cuales lideró la creación del primer Estado socialista en su territorio. Produjo, entre su copiosa obra escrita, un texto actual “El imperialismo, etapa superior del capitalismo”. Patricio Lumumba, Nelson Mandela y Fidel Castro, marcaron la impronta de su liderazgo en denodados campos de acción: el Congo, Sudáfrica, Cuba, en que padecieron cárceles y torturas e innúmeros atentados al frente de movimientos liberacionistas.

En el ayer y en el ahora del país tienen un lugar cimero el político liberal Policarpo Bonilla, quien por un largo período capitaneó las huestes de su partido, y Manuel Zelaya Rosales, expresidente hondureño bajo el gonfalón rojo/blanco/rojo, el que a resultas del golpe de Estado de hace 15 años propulsó el Frente Nacional de Resistencia Popular, al calor del cual creó y lidera el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), inspirado en la tendencia del socialismo democrático.

Bonilla (1958-1926), tomó las armas en enero de 1894 contra el régimen conservador del general Domingo Vásquez. Convocó a una asamblea nacional constituyente y el 1º de febrero de 1895 asumió el mando de la república. Propició un movimiento unionista con el nombre de República Mayor de Centroamérica. Su antiguo aliado, Manuel Bonilla, ocupó la presidencia en 1903, período en el cual el exmandatario liberal -siendo diputado- fue hecho prisionero. En 1919 representó a la patria en la Conferencia de Paz celebrada en Versalles. Sus enemigos políticos le atribuyeron un personalismo exaltado.

Fortalecido en las luchas callejeras, el carisma de Zelaya propició -en buena medida- el triunfo en las urnas de su consorte y actual mandataria Iris Xiomara Castro Sarmiento. Desde tiempos, la oposición y grupos descontentadizos de su partido se afanan en socavar su tenaz protagonismo.

Con el inicio del ejercicio electoral interno, en el cual es visible la precandidatura de Rixi Moncada, la ambición de Jorge Cálix y su séquito van en busca de “mejor fortuna” sobre la arena liberal en incómoda competencia con Marlon Lara, Maribel Espinoza, Darío Banegas y de repente con el señor de HCH. Otros -Nelson Ávila, Carlos Aguilar- irán retadorante por la presidencia en condición de independientes. Como quiera que sea, Zelaya tiene un fijo sitial en el contexto del realismo político hondureño.

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