¿LOS QUESOS Y LA COSA?

MA/2 de July de 2024/12:25 a.m.

A propósito de ingobernabilidad, en Francia, citando al general Chales De Gaulle: “¿Cómo se quiere gobernar un país donde existen 258 variedades de queso? Primer aviso, las elecciones del parlamento europeo: Le Pen humilla a la agrupación política de Emmanuel Macron. Este, despavorido, corre a anunciar elecciones anticipadas. Segundo aviso: La ultra derechista Agrupación Nacional (RN, por las siglas en francés de Rassemblement National), con un 33% de los votos se apunta una histórica victoria en la primera vuelta de las elecciones parlamentarias. La coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (cuyo principal actor es La France Insoumise, grupo de la extrema izquierda), un 28% y, vaya cimbronazo, la coalición del presidente Emmanuel Macron (Ensemble), apenas el 21%. Se eligen 577 diputados. Sin embargo, para ganar en primera vuelta el candidato ocupa sacar el 50% de los votos. Si no lo logra, van a segunda vuelta, para las que los líderes de centro y de la izquierda “ya están haciendo llamados a votar tácticamente para dejar fuera a los candidatos de la RN”.

Sin embargo, no solo en Francia. En Hungría, el partido Fidesz, liderado por Viktor Orbán, ha consolidado su poder con políticas nacionalistas y anti-inmigración. En Italia ha crecido el partido Liga (Lega), liderado por Matteo Salvini, por iguales razones; lo mismo que Hermanos de Italia (Fratelli d’Italia) liderado por Giorgia Meloni. En Polonia, el partido Ley y Justicia (PiS), de Jarosław Kaczyński, crece por sus políticas conservadoras en cuestiones de justicia y derechos civiles, con un enfoque nacionalista y euroescéptico (similares a lo que provocó el BREXIT). Alternativa para Alemania (Alternative für Deutschland, AfD) ha ganado fuerza, con significativa representación en el parlamento, diseminando un discurso anti-inmigración y euroescéptico. Los Demócratas de Suecia (Sverigedemokraterna), suben con un enfoque en la restricción de la inmigración y de crítica a las políticas de integración. El Partido de la Libertad de Austria (Freiheitliche Partei Österreichs, FPÖ) vital en coaliciones de gobierno, explotando los miedos a la inmigración y temas de la seguridad. Países Bajos: El Partido por la Libertad (Partij voor de Vrijheid, PVV) encabezado por Geert Wilders, tiene presencia importante en el parlamento, obtenida con campañas en contra del Islam y la inmigración. El PP español ganó las elecciones, pero Pedro Sánchez, le jugó la vuelta y en negociaciones con las minorías separatistas, les ganó la investidura.  Vox, más a la derecha, igual ha crecido, usufructuando consignas contra la inmigración ilegal y el separatismo regional. La verborrea populista, enfilada a soliviantar el inconformismo de los nacionales, opuestos a la migración. Porque sienten que les quitan los trabajos; perciben que la inmigración –y aquí entra la política aislacionista de cerrar fronteras, como en la campaña de los Estados Unidos– es sinónimo de inseguridad. Vuelven a aflorar tendencias tribales en la sociedad, las políticas identitarias de la guerra cultural, el nacionalismo aislacionista y el rechazo populista de las instituciones liberales.

(Explotando el malestar derivado de las crisis –entra el Sisimite– hay un rechazo a las políticas de ajuste y de austeridad, impuestas por las aves agoreras. Las ultras y las extremas han capitalizado en los temores de la gente. La inseguridad, asociada al miedo a la inmigración, si los inmigrantes compiten con los locales por recursos y empleos. –Súmale a eso –interviene Winston– el resurgimiento del nacionalismo acompañado del deseo de reivindicación de la identidad nacional.  -Sí –asiente el Sisimite– es que los partidos de derecha y ultraderecha suelen enfatizar la importancia de la soberanía nacional y la cultura tradicional. Y seguí sumando –interviene Winston– que los centros y la moderación palidecen asechados por la desconfianza en las instituciones tradicionales.  La globalización ha provocado un resentimiento hacia las elites políticas y económicas, ya que indigna a muchos sectores –se sienten perdedores– haberse quedado fuera de los beneficios. ¿Y dónde dejás a las redes sociales que apuestan al conflicto, viralizando el mensaje populista, lleno de falacia, exageración y del “fake news”; las teorías de conspiración, que aquí vociferan –emulado como copia al carbón de lo ajeno ya que nada original se les ocurre– los monitos cilindreros del organillo maledicente? –¿Y qué tienen que ver –pregunta el Sisimite– los quesos en esta plática? -Es “que eso”, no queso –ironiza Winston– es la razón por la que la cosa se ha puesto encachimbada).