¿FINAL, DERRUMBE, FATALIDAD O RÉQUIEM? DEL FESTIVAL NACIONAL DEL MAÍZ

ZV/23 de June de 2024/12:13 a.m.

Autor: Luis Alonso Gomez Oyuela
Email: luisgoyuela15@gmail.com

DANLÍ, El Paraíso. ¿Será mejor comenzar con “My Way”? Para poner punto final a una maravillosa historia de la cultura inmaterial que le dio nombre a Danlí en otra dimensión a partir de 1977. Aunque la canción “A mi manera”, es un relato poderoso que refleja la vida de alguien que ha vivido a su manera, con todos los altibajos y elecciones que conlleva. La canción expresa la idea de la autenticidad y el coraje de seguir nuestro propio camino, incluso si esto implica enfrentar desafíos y críticas”. El mejor interprete fue Frank Sinatra. Pero no se trata de la canción el presente reportaje. Se trata de un “réquiem”, composición que se canta con el texto litúrgico de la misa de difuntos.

¿Tendremos la idea en el futuro próximo de volver a los orígenes de una fiesta de familia? En honor a la verdad, como dice otra canción: “Todo se derrumbó, autor Miguel Alejandro”. “Yo era feliz contigo, vida mía. Tú eras principio y fin a mi alegría”. Solo falta agregar: Fatalidad: “Nocturno de celaje deslumbrante, tu encanto rememoro a cada instante/Romance de un momento en que viviera cada alma iluminada/Fatalidad signo cruel…Si, todo el relato siguiente está marcando un final, el derrumbamiento de aquel muro que se levantó y la fatalidad de su inminente caída.

Para los pueblos originarios, mayas, lencas y chortís, no caben los transgénicos.

Afortunadamente las historias se escriben y se quedan en las letras. LA TRIBUNA, es protagonista de esta historia desde que dos hombres tomaron la decisión de construir casi de la nada en aquel momento, solo los sentimientos y la idea de sembrar donde la tierra era ampliamente generosa, rendir homenaje al ancestral grano de maíz que, nos evoca nuestra cultura maya.

Gonzalo Lovo Sevilla y Rodolfo Diaz Zelaya, dos figuras que sembraron en la mente y corazón de los danlidenses el amor a la tierra, la relación entre un grano de maíz y su vinculación con el campesino agricultor que dobla las espaldas para arrancarle a la tierra el preciado grano que alimenta a ricos y pobres. Idea genial, una fiesta en honor al maíz. El Festival del Maíz. Evento que quedaría en punto de acta municipal para la posteridad.

El festival del maíz fundado en 1977 fue para degustar los tamalitos y demás derivados.

Sus fundadores jamás pensaron en un evento con características comerciales. Los inicios fueron los mejores. Desde la costa norte, Colón, occidente, el sur, centro y lógico, el oriente, era toda Honduras, motivada por algo diferente y visto en las tradicionales ferias patronales que, se desplazaron a Danlí para disfrutar los derivados del maíz, sabores que degustaban a placer las bondades de nuestra tierra.

Pasados algunos años ya no era festival del maíz. Se convirtió en una feria de pueblo. El parque se convirtió en mercado de ventas de carne asada, chorizos, pupusas salvadoreñas, papa frita y otras. El turista no encontró los derivados del maíz, calles cerradas, diversidad de comercio, el agricultor fue relegado, el festival había llegado tempranamente al final y sustituido por la feria común.

Esta es una de las carrozas más representativas del festival del 2009. Belleza y ecología.

Aquel voluntariado inicial fue relevado por un comité especial donde afloró la corrupción a gran escala. Los informes económicos nunca se conocieron, no había libros contables. Después de muchos años, 2018 y 2019. Los directivos de entonces nombrados por las fuerzas vivas, conforme a un Decreto Legislativo, celebraron los últimos festivales bajo normas de legalidad institucional, libros contables, reportes a la Secretaría de Administración de Rentas (SAR) y reporte transparente de ingresos, egresos y beneficios en Cabildo abierto. Las utilidades en ambos eventos, 2018-2019 ascendió a millón y medio de lempiras en depósito a plazo en una financiera. Las directivas siguientes retiraron los fondos, según se informó y no dieron informe sobre el destino de los recursos y mucho menos dar seguimiento, al orden de registro en libros contables.

Dadas las circunstancias, nadie quiere asumir responsabilidades para formar parte de una directiva donde no hay dinero ni la capacidad de dirigir un evento que requiere tiempo y capacidad para dar seguimiento a un evento que nació para el pueblo y no para beneficio de unos pocos.

Los elotes en los primeros festivales fueron el principal atractivo para el turista.

El último informe de la municipalidad, señala lo siguiente: “A falta, de una Junta directiva, la Corporación municipal, cancela la celebración del Festival Internacional del Maíz para este año debido a que el Decreto Legislativo demanda que el presidente, secretario y tesorero se deben elegir vía Cabildo Abierto. A pesar que se convocó por segunda vez el pasado 17 de junino, la Sociedad civil organizada no envió sus representantes ya que estamos a poco tiempo, por lo que nadie fue capaz de tomar esa “papa caliente”, según las conclusiones. Por lo tanto, se convocará para septiembre para elegir desde ya la junta directiva del 2025. (Texto literal conforme está escrito)

Con lo anterior, todavía no es el final, pero todo se derrumbó para la corrupción y eso también es una fatalidad cruel para los que hicieron de este evento la gallina de los huevos de oro. La municipalidad tiene la oportunidad de revisar el acta original y tomar en consideración los objetivos que dieron origen al festival. Debe ser un evento cultural vinculado con los productores del maíz. Un festival del campo a la ciudad.

En definitiva, el pueblo era feliz con el festival, a su manera lo era como la canción, pero de donde menos se espera las cosas, todo lo construido a través de los años se derrumbó porque la fatalidad de la corrupción se atravesó como un monstruo sin cabeza y con cola larga. La única alternativa es nacer de nuevo.

El festival de la ciudad al campo donde el campesino produce. Un cambio que los organizadores se resistieron a realizar.
Jilote o barba de maíz, la primera señal de una excelente cosecha. Esto era el festival en sus orígenes.
LA TRIBUNA, es parte de la historia. Este fue el último trofeo del Festima 2018.