Mordeduras de serpientes, caimanes y golpes de calor enfrentan migrantes en desierto

MA/8 de May de 2024/04:16 a.m.

Por: Xiomara Mairena

MCALLEN, TEXAS. Una serie de peligros que van desde ser vendidos como mercancía humana por los “coyotes”, servir de mulas para transportar droga y ser explotados sexualmente, en el caso de mujeres y menores, son solo algunos de los peligros a los que quedan expuestos los migrantes que son abandonados en el desierto.

Por si fuera poco, también se enfrentan a la serie de animales que se pueden encontrar en el camino y que los pueden dejar malheridos y conducirlos a la muerte.

Desde las quemaduras en la piel por el fuerte sol hasta el esfuerzo físico que sobrepasa la resistencia física que puedan tener, tienen que también evitar ser mordidos por alguna de las más de 13 especies de serpientes cascabel que habitan en el desierto en Tucson, Arizona, así como en McAllen, Texas.

LA TRIBUNA recorrió parte del desierto en Tucson, Arizona, al igual que en el Valle del Río Bravo en McAllen, Texas, para saber a lo que se enfrentan los migrantes que a diario que se atreven a cruzar ilegalmente hacia los Estados Unidos.

CALOR INSOPORTABLE

En la medida que pasa el tiempo, el calor es insoportable, sin embargo, los migrantes deben cuidarse de no ser atacados por serpientes, alacranes y picaduras de mosquitos.

Durante el recorrido en el desierto de Arizona, el sol quema fuertemente la piel y el calor es insoportable, lo que provoca una deshidratación, que en la medida que pasa el tiempo caminando, puede provocar un colapso por tanto esfuerzo físico, lo que al final causa la muerte.

Los mosquitos, al igual que las hormigas, se encuentran en todo el tramo, al igual que la vegetación que deja muchas lesiones en el cuerpo.

Asimismo, se debe tener cuidado para no ser picados por arañas y alacranes que se pueden encontrar durante el tramo.

Un migrante hondureño que sobrevivió de milagro, tras cruzar el desierto, contó que en la noche se corre más peligro de ser mordido por una serpiente cascabel; él estuvo a punto de ser atacado por una cuando pretendía descansar tras una larga caminata.

Otros de los riesgos que se corren en la ruta rumbo al “sueño americano”, al momento de enfrentarse al desierto o a tierra firme tras cruzar el Río Bravo, son los caimanes, además de infestarse de garrapatas que transmiten la enfermedad de Lyme, que se caracteriza por presentar síntomas como escalofríos, fiebre, dolor de cabeza, fatiga, dolor muscular principalmente en las articulaciones e hinchazón, sarpullido, parálisis facial, entre otros.

“Lo más peligroso es el enfrentamiento contra el clima, la falta de alimento, en la noche se tiene que enfrentar con las víboras de cascabel, los animales salvajes que están buscando comida, y ven al migrante como su alimento, hay enfrentamiento tras enfrentamiento, peligro tras peligro, que están pasando al ingresar a Estados Unidos de forma irregular”, detalló el agente de la Patrulla Fronteriza, Gus Soto.

El camino que está a pocos metros del Río Bravo atrae a los mosquitos que pican fuertemente las zonas descubiertas como el rostro, el cuello y las manos.
Al llegar al lado americano, tocando tierra firme, lo primero que recibe a los migrantes es una plaga de garrapatas y mosquitos.
Al cruzar el Río Bravo, los migrantes se pueden encontrar en el camino con caimanes que habitan en el sector.

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