No necesitó ganar Inglaterra, a la que ni siquiera le incomodó en exceso su empate sin goles contra Eslovenia, porque certificó su primera plaza del grupo C sin apenas sobresaltos, con todo el partido bajo su control, casi por inercia, pero a una distancia todavía inapropiada del nivel que despierta el nombre de sus futbolistas y su presunta condición de favorito, cada vez más en duda cada encuentro que pasa.
Lo mejor es la primera posición, que tomó todavía más dimensión, insospechada, a lo largo de la tarde. No sólo aportaba un emparejamiento más accesible en octavos de final, sino que lo incluía en la parte de abajo del cuadro. Por el otro lado, ya viajaban España, Alemania y Portugal de antemano. A ellas se unió Francia. Inglaterra las evita a todas hasta la final, siempre que sea capaz de ir superando etapas mientras crece en su rendimiento.