Sor María Rosa, una santa

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10 de mayo de 2024
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12:28 am
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Sor María Rosa, una santa

En el año 2021 partió del mundo de los gentiles, para unirse al coro espiritual de los adoradores de Dios, la madre y protectora de la niñez hondureña Sor María Rosa; y mi mente está con ella, como en aquellos días en que discutía, analizaba y ejecutaba las acciones legales a tomar en favor de los más necesitados, especialmente de esos indefensos tesoros del cielo, como ella los llamaba, que siendo inocentes creaturas, son abandonados por sus progenitores y del sistema en que vinieron al mundo.

Era una mujer de acción, de actuación y ejecución inmediata en favor de los niños huérfanos y abandonados de Honduras y con ese espíritu de lucha y mística sincera organizó la asociación civil sin fines de lucro denominada Sociedad Amigos de los Niños, para albergarlos, brindarles sustento, material, espiritual, moral, de servicio y sobre todo amor.

Sor María Rosa, era un foco de amor, un amor que transmitía a sus niños, como madre, así se le llamaba y así madre, la siguen llamando los más de ochenta y cinco mil niños y jóvenes, que durante sus cincuenta y cuatro años, que convivió con ellos, les brindó un gran cariño, inmenso amor maternal a cada uno, al acercarse a ellos, para abrasarlos, transmitirles alegría, cariño y ellos respondían con sonrisas, abrazos y miradas cariñosas, que solo pueden expresarlas los hijos que son protegidos y amados por aquella madre bendecida por Dios.

Porque no es lo mismo que los padres concedan a un hijo o a un joven, un rico vestuario, una exquisita y nutritiva alimentación un estudio para obtener un título para poder ser un profesional exitoso, si no va acompañado del amor paterno y materno, sin el calor de un hogar pleno de armonía, sin un acercamiento directo, personal, humano, de contacto inmediato, que transmita esa protección y dirección que conduzca a los hijos a encontrarse en la vida incluidos en una sociedad, para servir, para amar a los demás y solidarizarse con ellos. Sor María Rosa, sí poseía y daba ese cariño inmenso a sus hijos que albergaba en los hogares que fundó en varios lugares del territorio nacional.

Sor María Rosa, estuvo llena de virtudes, amando a los niños, al prójimo, a la humanidad entera como lo hicieron todos aquellos santos que alabando a Dios en el cielo velan por nosotros.

Honremos la memoria de nuestra madre, Sor María Rosa porque nos sigue amando desde el cielo.

Manuel Isaac Ferrera V.
Asesor Jurídico Sociedad Amigos de los Niños
Tegucigalpa, M.D.C.

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