1 El trompo en tierra o en mano un juego favorito de los varones
Además de sus calles, callejones, sus viejos edificios, sus tradiciones, celebraciones, personajes y su rica historia, en el recuerdo de la antigua ciudad permanecen grabadas en las generaciones de los años treinta y cuarenta del pasado siglo, las costumbres y los juegos que de niños y adolescentes practicábamos en casas, plazas, calles y en sus parques.
Muchos de esos juegos ya no los practican los jóvenes de ésta época, algunos capturados desde tempranas edades por los sistemas electrónicos que les ponen en pantallas el intendo, el internet y una serie de entretenimientos que relegaron al olvido lo que para nosotros constituyen maravillosos recuerdos.
Hoy, auxiliado por algunas gráficas, vamos a transportar al presente aquellos tiempos en que el Tejo, el Enchute, Los Mables, La Pirinola, El Yoyo, Los Patines, El Trompo, El Aro, La Rayuela, El OA, El Salto de la Cuerda, Los Yaxes, Los Papelotes, Los Barriletes, El Ronron, Landa, Libre, El Zumbador, El Pipisigaña, Esconde el Anillo y muchos otros juegos deleitaban a niños y jóvenes de la Tegucigalpa del recuerdo.
EL TROMPO (Foto 1) juguete elaborado de madera con la forma de una pera invertida en cuya parte superior tiene un saliente central para fijar una delgada pero resistente cuerda que se enrolla a la parte inferior que termina en un clavo sin cabeza.- Con el trompo, una vez enrollada la cuerda cuyo extremo se fijaba en los dedos índice y central se lanzaba a la superficie con la suficiente fuerza para que al caer comenzara a rotar sobre la punta.
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Las modalidades de juegos con el trompo consistían, en la duración de la rotación sobre el piso, en sacar chapas colocadas en el centro de un círculo cuando con la habilidad del jugador se hacía subir a la palma de la mano el juguete en plena rotación golpeando las chapas con la punta para su salida de la circunferencia trazada, ganaba el que más chapas lograra sacar y las pruebas de puntería que permitía realizar competencias para caer en el centro de un círculo.
LA PIRINOLA (Foto 2) un pequeño trozo de madera o de material plástico hexagonal en cuyas caras se encontraban descripciones como las siguientes: ponga, quite una, saque todo, deje, pierde, pongan todas.- La Pirinola terminaba en punta para hacerlo girar desde el extremo superior con los dedos pulgar é índice y con ella se jugaban vistas, monedas, confites.- Cuando finalizaba la rotación la cara que quedaba expuesta determinaba si ganaba, perdía o pasaba quien lo había hecho girar.
LOS MABLES (Foto 3) el juego de canicas que se practicaba en las calles de tierra, en patios y en jardineras de las plazas de la ciudad.- Diferentes modalidades se practicaban con las esferitas de vidrio de vivos colores, recordando entre ellas la tortuga, la rueda, los hoyitos, el 31 y las ñoclas.
Las competencias se realizaban entre dos o más participantes no excediendo de seis, y en la de la rueda y los hoyitos uno ganaba o perdía las canicas de acuerdo a la habilidad y la puntería para sacar del círculo o entrar y sacar el mable de los orificios que se hacían en la tierra.
LA RAYUELA (Foto 4) un juego que las niñas realizaban en patios de las escuelas en horas de recreo o en las calles donde trazaban con tiza los cuadros para alcanzar mediante saltos con los dos o un pié las posiciones al lanzar la prenda hacia una de las casillas que no podía utilizarla, logrando entre salto y salto llegar hasta lo que se denominaba “el cielo”.- Si la jugadora descansaba en el cuadro donde estaba su prenda perdía y en igual forma si caía su prenda al lugar donde no le correspondía o utilizaba inadecuadamente los pies al caer cuando solo le tocaba apoyar una sola extremidad.
Las rayuelas variaban de tamaño según el lugar donde se dibujaba y las prendas podían ser piedras planas, tejos de hule o trozos de papel engomado.
EL TEJO, era uno de los juegos más populares en las calles de la ciudad y los muchachos utilizaban para jugarlo, pedazos de metal, de hule de llantas, piedras de río aplanadas.- EL TEJO (Foto 5) un juego que nuestros abuelos nos decían que lo practicaban nuestros ancestros indígenas, abría competencias cuando los grupos se reunían en los sitios seleccionados donde se trazaba una raya a cierta distancia que inicialmente servía para determinar la participación cuando se lanzaba la pieza y según la aproximación se establecía el orden de salida.
Una de las modalidades, entre las diferentes que había, era que al marcar un territorio de juego se buscara pegarle al tejo del contrario e irlo sacando con los fuertes golpes para eliminarlo de la competencia.- Cuando se jugaba con tejos de metal, los impactos sacaban chispas según la fuerza con que se arrojaba.- En algunas ocasiones, con EL TEJO se armaban apuestas con dinero y en muchas ocasiones ésta práctica se consideraba prohibida y cuando las Policía Escolar sorprendía a los apostadores los detenían y los llevaban a las celdas policiales.
LOS PAPELOTES Y LOS BARRILETES (Foto 6).- Cuando en la Tegucigalpa del ayer existía un clima estable y las temporadas climatológicas estaban bien marcadas, en el mes de Octubre los vientos que azotaban a la ciudad eran propicios para volar los papelotes, cometas y barriletes.- Desde La Leona, en los campos Imperial en Palmira, en el del Chile, en el Nueva Era de Comayagüela, en la planada del Birichiche, desde el Campo Viera cerca del Seminario San José, en las faldas del Juana Laínez y en otros sitios de la ciudad, los niños elevaban sus papelotes hechos de papel china con barbas de papelillo de diferentes colores y reforzados con varillas livianas de bambú dejando en la parte inferior una cola para estabilizar el vuelo.
LOS PAPELOTES eran pequeños y para sostenerlos en el aire se utilizaba un hilo delgado pero resistente.- LOS COMETAS eran más grandes y con formas caprichosas que se adornaban con motivos recortados en papel lustroso.- LOS BARRILETES de mayor tamaño confeccionados con papel manila, decorados, reforzados con carrizos de bambú, con cachos en la parte superior donde se colocaba una pieza de hule plana que servía como zumbador y una larga cola donde muchos colocaban hojas de afeitar para derribar en el aire a otros barriletes que volaban en la proximidad.
Desde Octubre hasta Diciembre, el cielo tegucigalpense se observaba plagado de estas singulares expresiones de juego que no sólo atraía a niños y jóvenes sino también a los adultos.
EL ENCHUTE (Foto 7).- Este juego que se cree tuvo su origen en Francia aún cuando otros suponen que fueron los esquimales quienes lo inventaron, es conocido en otras partes como “balero” o “bilboquet”.- Entre nosotros los hondureños el juego se llama ENCHUTE, una pieza de madera con un orificio central en la parte inferior, ligada la parte superior con una cuerda a una clavija donde la parte sólida se introduce después de una maniobra al aire.- Entre nosotros algunos de esos enchutes venían de México y Colombia, decorados, pero los más populares eran los hechizos con carretones de hilo que para darles peso se les enrollaba alambre fino de cobre ó acero.
Jugar al enchute era parte de una habilidad que se manifestaba en la cantidad de aciertos en la clavija y hacer combinaciones al revés y al derecho.- A todos los niveles, EL ENCHUTE era un clásico y tradicional juego practicado por muchas generaciones.
EL “OA”.- Juego infantil de las niñas que consistía en arrojar una pelota contra la pared haciendo una combinación de movimientos que seguían al pronunciar expresiones como éstas: “OA, sin moverme…sin reírme…con un pie..con una mano..adelante..atrás..media vuelta…la vuelta entera”.- Las muchachas hacían competencias con éste juego que lucía simple pero que requería de mucha concentración para seguir el rebote de la pelota.
EL ARO (Foto 8).- Rodar un aro de metal guiado por un grueso alambre que terminaba con un gancho, era otro de los juegos de calle en la antañona capital.
Los aros consistían en los bordes de tinas de láminas de metal, en viejos rines de bicicletas o en muchos casos llantas viejas, donde se sustituía el alambre por un trozo de madera para guiar e impulsar la rueda.- Se armaban carreras de AROS fijando metas de llegada y era ganador el que llegaba primero en rodaje fijo, es decir sin haber trastabillado en la ruta recorrida.
LOS PATINES (Foto 9).- Ir a la pista de La Leona, al Obelisco, el Parque Valle, a la Concordia o a la Cancha de El Guanacaste a patinar sobre ruedas, era otro de los entretenimientos de los niños y jóvenes tegucigalpenses.- Mantenerse en pié, ejercitar vueltas y deslizarse en círculo por las superficies encementadas, consistía el arte del patinaje en las tardes todo el año, pero con mayor profusión en los mes de Diciembre y Enero.
Otros juegos como El Yoyo, El Salto de la Cuerda, Los Yaxes, los de grupo como Escobde Esconde el Anillo y aquellos que se acompañaban con canciones como Materinerero, Doña Ana, A la víbora de la Mar y Juguemos ala Pradera, son parte de los inolvidables recuerdos de la querida capital. Hasta la próxima semana.
