Salvador y su renuncia

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2 de mayo de 2024
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12:01 am
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Salvador y su renuncia

Por: Ivonne Tabora*

Salvador Nasralla, el vicepresidente o designado presidencial que puso su renuncia hace unas semanas, y que siempre se ha visto envuelto en situaciones polémicas por su particular manera de decir las cosas, especialmente por su modo cambiante, como cuando criticaba al Partido Libre y luego hizo una alianza con el mismo, que lo llevó a tener el cargo que hasta hace poco ejercía.

Y es que las cosas no se dieron como él esperaba, él llegó a ser nada más, una figura decorativa dentro del gobierno, se quejó muchas veces porque no era tomado en cuenta y no lo dejaban cumplir sus funciones como vicepresidente.

Este fue uno de los motivos por los cuales hace casi un mes, Nasralla presentó su renuncia formalmente, ante el Congreso Nacional, y también para poder aspirar a una precandidatura presidencial en las próximas elecciones primarias del 2025, pero esta decisión, ha tenido un desenlace negativo, pese que según la esposa de Nasralla y también diputada, Iroshka Elvir, cuentan con 71 firmas de diputados que apoyan la solicitud.

Todo este tema ha generado una controversia, sobre todo acerca si está o no habilitado para ser candidato presidencial, algunos dicen que es una ilegalidad, ya que los artículos de la Constitución de la República, 239 y 240, ya establecen que quien haya ocupado la presidencia no puede volver a ser presidente o designado presidencial.

Sin embargo, otros analistas y expertos en el tema aseguran que la renuncia de Salvador Nasralla sí lo habilita para una posible candidatura, porque él mismo nunca ejerció la titularidad del Poder Ejecutivo, además porque el cargo es renunciable, si el CN lo aprueba.

Para variar, Luis Redondo, actual presidente del soberano Congreso Nacional no aceptó la renuncia de Salvador Nasralla, aduciendo de manera unilateral que estaría violentando la constitución, una decisión que ha provocado molestia en las bancadas de los diferentes partidos políticos, y sin conformarse fue más allá, pues lo mandó a buscar a otro poder del Estado, que es la Corte Suprema de Justicia, para que ellos decidan aceptar o no la renuncia.

La opinión de Salvador, en esta oportunidad es muy acertada, ya que califica la acción de Redondo, como un abuso de autoridad por parte de quien fue su amigo y correligionario, y a quien él mismo introdujo a la política.

Y es que, al no querer darle trámite a esta solicitud, el presidente del CN, solamente demuestra una vez más, su alto grado de prepotencia, ha sido tan soberbio que ha señalado sin vacilar que Nasralla debe presentar un recurso en la CSJ, en pocas palabras que le solucionen en otro lado.

Ay la política de estos tiempos, tan contradictoria y lejana de los pensamientos de eruditos como el filósofo griego Aristóteles, quien decía “Es el bien de todas las artes y de todas las ciencias, el primero de todos los bienes es, naturalmente el fin de la primera de las ciencias; esta ciencia es la política, dado que el bien en la política es la justicia, esto es, la utilidad general”

Esto basado en que la política se debe sostener en la libertad, la democracia, las ideologías, la ética, entre otros, y es que estos principios deberían de imperar porque se trata del bien común, de tener libre albedrío, libertad de expresión, libertad de pensamiento, etc., sin ningún temor a represalias.

Desde hace muchos siglos, surgieron filósofos o pensadores, que estudiaron el tema de la política a profundidad, como San Agustín, Jean Jacques Rousseau, George Sabine, Carlos Marx, entre otros,

La mayoría incluyeron en sus teorías el principio de la ética, peculiarmente a lo largo de la humanidad este integra la religión, la ciencia y la filosofía también, allí donde están los valores humanos.

Tal parece que en esta política que tenemos, lo que menos existe es ética, ni tampoco se busca el bien común, menos la democracia y las libertades. están encajonadas.

Pero hay algo bueno en todos esto, y es que los puestos públicos son transitorios, así que ya llegará la hora, en que los que se entronan en ellos, y creen que son dioses que están por encima de la ley, se tendrán que ir.

Mientras tanto, sentémonos a ver qué pasa con la renuncia del designado presidencial.

*Licenciada en Periodismo, relacionista pública, administradora de redes sociales.

@IvonneTabora
[email protected]

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