Contracorriente: Rixi, heredera del viento

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23 de abril de 2024
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12:15 am
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Contracorriente: Rixi, heredera del viento

Por: Juan Ramón Martínez

Rixi Moncada, –la más afortunada mujer de su generación–, enfrentará tres retos singulares. Defender frente al electorado convocado a elecciones democráticas, la gestión de Mel Zelaya que ha gobernado usando como figura de paja, a su cónyuge. Después conquistar al electorado, para que el 30 de noviembre de 2025, las mayorías de los votos le permitan dirigir el tercer gobierno de Mel, con un programa de continuidad de la “refundación” de Honduras; consolidando el socialismo democrático en la política nacional. Y la tercera y última tarea, dirigir a Honduras, siendo fiel a las mayorías, sin provocar daños a la institucionalidad democrática; ni comprometer el bienestar colectivo, sino que, abriendo Honduras a la ruta del desarrollo democrático, capitalista. E, irreversible.

El primero de los retos es complicado. Tendrá que convencer al electorado que el gobierno de Mel, ha consolidado la democracia, le ha dado mejores oportunidades que nunca antes a la juventud; y que, además le ha abierto al país, la ruta de la modernización atrayendo la inversión, aumentando el empleo y consolidando la seguridad de las personas y los bienes. Las cifras que posiblemente ella maneja y la lealtad que Rodolfo Pastor cree que es la más prestigioso para un hondureño con cinco dedos de frente, más para Xiomara, que para Honduras y a los hondureños, no es la credencial confiable para entregarle el mando del país. Los candidatos de la oposición democrática, la abrumarán con cifras negativas: el crecimiento del Honduras, apenas alcanza el crecimiento vegetativo de la población, la inversión, se ha estancado, las reservas han disminuido peligrosamente, el empleo se ha precarizado – es menor en la empresa privada– y solo espiga, el falso empleo público, que satisface las adhesiones partidarias y que es solo estable en el cuatrienio. Los jóvenes, especialmente los más pobre, son objeto de persecución. Las mujeres asesinadas en una proporción nunca vistas; y la inseguridad de los bienes y la vida de los adultos, tiene un declive en que, hay más posibilidades de ser muerto por un delincuente ofendidos o de pago, que hace los mandados, con la evidente indiferencia policial. En fin, Rixi tiene la imposible misión de engañar a los electores, embobar a los contendientes, transformando todo lo negativo del gobierno “melista”, en color de rosa; y que, por ello, los electores le deben dar respaldo favoreciendo su candidatura en las urnas. Tiene oportunidades; pero es la heredera de los vientos de Mel. Debe defenderse del rechazo general que, ello implica. Con muchos recursos públicos en sus manos.

La segunda tarea, tiene que ver con la habilidad para convencer al electorado sobre su inteligencia, independencia y confiabilidad. Que al frente del Ejecutivo, no será monigote, –el segundo–, manipulado por Mel que, usándola, quiere superar a Carías en los años de dictadura dirigiendo al país. Deberá unificar al PLR escindido con la irrupción de los descontentos con el estilo de la familia; y apoyados por los que quieren ocupar puestos en el régimen. Ir a las internas y después, lograr que Jorge Cálix, le respalde en las elecciones generales, es una tarea de dimensiones descomunales, porque en la “Granja Orweliana”, se han perdido los frenos éticos; y, la democracia, no es práctica que haga sentir cómodos a sus líderes. Moncada, tiene que lucir segura, inteligente, amorosa, tolerante y comprensiva. Sera difícil. La ilegitimidad, la torna arrogante, descalificadora de los críticos; amenazante con los que piensan diferente. Su marca es propia de un liderazgo artificioso. Colérico, enfermizo y perruno hacia el caudillo ganadero. Poco unificador. En conclusión, su futuro es, impredecible.

La tercera tarea es más compleja. Una vez que logre el respaldo de PLR, debe conseguir el cariño de los independientes. Para ello, tiene que defender valores democráticos, favorecer el modelo capitalista, realinearse con los Estados Unidos, disminuir la dependencia de México, Cuba y Venezuela; y, convencer a los pobres que creará empleo; dará seguridad y mantendrá la unidad nacional. Para esto, requiere un discurso diferente al que ha manejado, –posiblemente pensado para los aliados internos–, dándole confianza a los inversionistas, a las iglesias, a los intelectuales, los periodistas; y, a los lideres democráticos extranjeros.

El camino es difícil. El peso de Mel, le reducirá las fuerzas. Pero sin él, no tiene posibilidades de dirigir, de mentiritas, un “partido” indócil como el PRL menos a Honduras.

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