No cobren Tasa Única Vehicular porque la gente está reventada

MA
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7 de julio de 2020
/
12:08 am
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No cobren Tasa Única Vehicular  porque la gente está reventada

Cultivos que trascienden las fronteras hondureñas

Carlos Medrano
Periodista
[email protected]

Indudablemente que la pandemia COVID-19 cambió todo el panorama del mundo y no digamos de este pobre país que, a pesar de ser tan mal gobernado durante tantos años, Honduras sigue vivo, su gente es joven y estamos seguros superaremos este obstáculo sanitario de gran magnitud.

Muchos hondureños han perdido casi todo, -al igual que un tsunami destruye con sus embravecidas olas todo cuanto se le atraviesa-, principalmente los pequeños empresarios y la economía informal para los que viven del día a día y que no sobrevivieron después de este prolongado confinamiento.

Otros hondureños vieron cómo un familiar ha muerto, todavía de luto, con depresión y los ánimos muy afectados; otros que con esfuerzo lograron comprar un carrito, fueron suspendidos y despedidos hace más de 3 meses, no han tenido ingresos y no les han pagado las prestaciones laborales, pues no hay liquidez en las empresas.

A muchos que sobrevivieron en sus trabajos les bajaron el salario temporalmente porque la empresa no puede soportar tanto tiempo sin recibir ingresos.
¿Ustedes creen que una persona con tres dedos de frente, ante tanta vicisitud e incertidumbre tiene la idea de pagar por un carro que ni siquiera ha utilizado en estos meses?

Estoy casi seguro de que la mayoría de los hondureños no podremos pagar este y otros tributos, pues la pandemia ha devastado a la mayoría de las empresas en Honduras, no es incumplimiento, es no poder pagar.
Ante el panorama todavía incierto, la mayoría busca priorizar sus gastos; si es empresario pagar lo esencial, como servicios públicos, a sus trabajadores y proveedores, si es personal deberá priorizar con alimentos y medicina para sobrevivir, atender a su familia en cualquier emergencia, trabajar si todavía tiene donde, pero lo último que se le puede ocurrir a alguien es pagar un impuesto vehicular.

Definitivamente, nuestras autoridades deben de replantear el presupuesto de ingresos y egresos del presente año, buscar recursos provenientes de organismos internacionales de crédito en términos concesionales y pedir la ayuda internacional de nuestros socios diplomáticos que entiendan nuestra crisis.

Pero pretender seguir con el mismo esquema tributario, es ser inconsecuente con la vida nacional, es no entender la crisis, es no tenerle miedo a una explosión social que podría traer consecuencias insospechadas y que afectaría a todo un país.
Muchos preferirán que sea decomisado su vehículo antes de pagar un tributo que de poco sirve para vivir el día a día.

A tomar decisiones valientes se ha dicho, solo póngase a pensar qué institución del Estado no ha servido para nada, en el marco de esta emergencia sanitaria y si desapareciera dicha dependencia, qué efectos provocaría en el normal funcionamiento del país.

Si con lupa hacen un paneo uno a uno de los organismos y dependencias que tiene el aparato estatal, cuyo propósito es tener una serie de activistas ganando un montón de dinero, estamos seguros de que una buena parte del gobierno debería desaparecer, pues la emergencia sanitaria demanda de recursos dirigidos a la crisis.

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