Los corruptos dominan la sociedad política

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22 de abril de 2024
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12:01 am
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Los corruptos dominan la sociedad política

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

Nuestro país no sale del atraso porque se encuentra atrapado en una sociedad política intensamente amoral en la que sus bases éticas, de honradez y buenos hábitos morales en todos los niveles y ámbitos de la sociedad y del quehacer político, no predominan en el proceso de desarrollo. Los políticos corruptos y mentirosos dominan nuestra sociedad política desde las cúpulas que controlan y conducen los partidos, hasta los líderes de bases que manipulan a la militancia que les sustenta.

Existe una dinámica política basada en el abuso, el resentimiento y hábitos de corrupción que son predominantes en el quehacer político, coherentes con los rasgos individuales que muy probablemente existen en el seno de sus convivencias familiares. Enfrentamos actores políticos que asumen la corrupción como algo normal porque, en nuestro convivir político, han existido siempre. A los hondureños que participan directamente como militantes en los partidos con fuerte militancia, los acostumbraron a ser sujetos obedientes ciegamente y, a vivir en un ambiente político militante, de “servidumbre política”. Sus conciencias han sido compradas o subordinadas, a través de modalidades de control político que les hacen creer, en una ideología de dominación patronal en la que el jefe político establece verticalmente las acciones que se deben realizar y los objetivos a alcanzar. El temor a los jefes que dan las directrices de los patronos políticos, es un factor determinante en la lucha política de estos partidos. El oponerse a los hábitos políticos conductuales corruptos, causa conflictos con los dirigentes que defienden esa conducta ideológica patronal antidemocrática. Y bajo tales condiciones de conducción política, pretender enfrentar el odio, el resentimiento y las perversas acciones que imponen los enemigos políticos, es contraproducente porque los dirigentes, cómplices del gobierno, las obstaculizan racionalmente. En este tipo de partido político, el militante no es pensante, deja de ser un militante con autonomía racional, dejándose llevar por los sentimientos e impulsos que les dan quienes les conducen políticamente el partido.

En fin, en la medida que el partido de la derecha que se oponga al Partido Libre, es guiado por ambiciones proselitistas individualistas que solo buscan satisfacer los intereses personales, la lucha opositora será infructuosa y en las elecciones generales, la derrota es más probable que el triunfo. Si no se cambia esa conducta caudillista patronal, impuesta por un grupo de políticos que gozan del apoyo de ciertos empresarios que les imponen las decisiones que adoptan para subordinar sus adeptos y que consideran conductas políticas normales, este partido no va a lograr una contundente lucha política en contra de la izquierda que sí sigue, una estrategia muy bien definida para continuar en el poder. Este tipo de conducción política, termina siendo corrupta en vista que favorece la continuidad del poder izquierdista en nuestro país, a todas luces corrupta tan o más que la implantada, en periodos de gobiernos anteriores a la instauración de la dominación político socialista. El país necesita cambiar el rumbo que impera en la sociedad política, basado en la continuidad de la corrupción y utilizando mayores y mejores mecanismos de dominación política. El patrón izquierdista de control de poder, es corrupto y más sofisticado que el patrón corrupto, predomínate en tiempos de gobiernos derechistas.

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